jueves, 24 de noviembre de 2011

Nietzsche, Benjamin y una botica digital

Humberto Ruiz

Soy de la generación que recuerda vívidamente el derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez, en 1958. De quienes nos asombramos con la televisión cuando llegó a nuestra ciudad, enclavada en los Andes venezolanos, en la década de los sesenta del siglo pasado.  Por estar pegados al televisor casi nos aplazamos en los exámenes del 17 de julio de 1969, un día después de la llegada de Armstrong, Aldrin y Collins a la luna.  De tal manera que, para nosotros, la WEB 2.0 es una verdadera maravilla. Nunca la imaginamos y hoy la disfrutamos.